La tensión se puede notar en tierra firme entre las esposas y las amantes de los 33 mineros atrapados en las profundidades de la mina San José, ambas reclaman compensación.
Las autoridades del "Campamento Esperanza" han tenido que hacer frente a las mujeres que se acercan reclamando ser las primeras en la lista de "queridas" de los mineros, para poder recibir las compensaciones que ofrece el gobierno.
Por lo menos cinco esposas han tenido que hacer frente a otras tantas amantes, de las cuales sus maridos (que llevan atrapados en la mina desde el 5 de Agosto a más de 700 metros de profundidad) no habían hecho ninguna referencia.
Un minero tenía cuatro mujeres luchando "por él", aunque más bien era luchando por la compensación que se está ofreciendo a los familiares de los mineros que llevan entre tres y cuatro meses bajo tierra.
El govierno está considerando la posibilidad de preguntar a los 33 mineros atrapados el nombre de aquellos que ellos consideran que han de recibir los beneficios, como una forma de resolver los problemas que estan sucediendo en la superficie.
"Ha habido muchos problemas entre las mujeres", admite Marta Flores, una trabajadora de la Cruz Roja que se encuentra en el improvisado campamento donde los familiares esperan noticias de los suyos.
"Tuvimos un pequeño problema en la cantina cuando una esposa se encontró con otra mujer que reclamaba ser la amante de su marido. Tuvimos que intervenir y separarlas antes de que las cosas fuesen a mayores".
Lo que se juegan no es poco pues el gobierno ha ofrecido diferentes beneficios no sólo para los mineros, sinó también para sus familias, como por ejemplo seguridad social para todos ellos; así como las futuras reclamaciones por compensación de daños, que se estiman pudieran ser de cientos de miles de dólares.
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